lunes, 24 de octubre de 2011

La importancia de que se escuche nuestra voz

Vladimir Maiakovsky. Libertad de expresión.


      La primera noche,
      ellos se acercan
      y toman una flor de nuestro jardín.
      No decimos nada.
      La segunda noche
      ya no se esconden,
      pisan las flores,
      matan a nuestro perro
      y no decimos nada.
      Hasta que un día,
      el más frágil de ellos,
      entra solo a nuestra casa,
      nos roba la luna,
      y conociendo nuestro miedo,
      nos arranca la voz de la garganta.
      Y porque no dijimos nada,
      ya no podemos decir nada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario